HAGAMOS EL AMOR
¿Qué es el amor? meditaba en esta interrogante y recordaba a mi profesor de expresión escrita quien nos decía: "Escriban acerca del amor sin mencionar la palabra amor", con la idea de llevarnos a una profundidad literaria. Hoy día esto me lleva a ir a agua más profundas.
¿Cómo demostrar amor sin decirlo? es allí donde el amor alcanza su plenitud, mostrando a través de nuestras acciones lo que sentimos. Desde ese punto de vista el amor no se dice, el amor se hace.
Vivimos en un mundo de emoticones, corazoncitos y textos que finalizan con un te amo, i love you etc.¿Pero qué tan real son? Basta mirar nuestro mundo para darnos cuenta que lo que nos está faltando es precisamente el amor, aquel que se muestra con las acciones y no con las palabras:
Decía un hombre sabio: Si no tengo amor, de nada me sirve darles a los pobres todo lo que tengo. De nada me sirve dedicarme en cuerpo y alma a ayudar a los demás. El que ama tiene paciencia en todo, y siempre es amable. El que ama no es envidioso, ni se cree más que nadie. No es orgulloso. No es grosero ni egoísta. No se enoja por cualquier cosa. No se pasa la vida recordando lo malo que otros le han hecho. No aplaude a los malvados, sino a los que hablan con la verdad. El que ama es capaz de aguantarlo todo, de creerlo todo, de esperarlo todo, de soportarlo todo. Sólo el amor vive para siempre. 1 Corintios 13: 3-8.
Desde las palabras de Pablo el amor es algo imposible (¿aguantarlo todo, soportarlo todo, para siempre?) ciertamente solo podemos expresarlo si tenemos en nuestro corazón al autor de tan majestuoso "sentimiento".
El ejemplo más sublime del amor se traduce en la cruz del calvario, en la gracia de Dios, a quien no le importó el corazón, orgullo y maldad del hombre para aguantarlo, soportarlo todo y reconciliar a una humanidad entera. Estando en esta tierra Jesús no dijo que nos amaba, lo demostró a través de la cruz:
Dios amó tanto a la gente de este mundo, que me entregó a mí, que soy su único Hijo, para que todo el que crea en mí no muera, sino que tenga vida eterna. Porque Dios no me envió a este mundo para condenar a la gente, sino para salvarla. Juan 3: 16 - 17.
Comments