GUARDA TU ESPADA
¿Quién no ha atravesado momentos de presión donde solemos dejarnos llevar por las emociones? Si es este tu caso, estas líneas son para ti.
Como seres humanos que vivimos en este planeta llamado tierra, estamos expuestos constantemente a enfrentar momentos difíciles, sobre todo cuando de convivencia se trata.
Es muy común encontrarnos en el camino con personas que de una u otra forma son tropiezo en nuestra vida y que incluso ocasionan sufrimiento. Dichos encuentros tienden a llevarnos a desenvainar nuestra espada y atacar.
¿Cuántas veces has actuado en venganza? ¿Cuántas veces has pagado mal por mal?
Seguro has dado malas contestas, has reaccionado en ira, es normal, pues somos humanos.
Lo que no debemos permitir es que esta respuesta natural ante la amenaza nos domine.
Les contaré una historia real de un personaje peculiar llamado Pedro. Un hombre caracterizado precisamente por dejarse llevar por sus emociones. Estaba allí en medio de la noche, linternas y armas lo rodeaban, soldados y alguaciles venían a apresar a su Maestro, mientras que éste estaba dispuesto a entregarse. Pedro desenvainó su espada y con su gran filo corto la oreja derecha de Malcon, uno de los atacantes. De seguro que Pedro esperaba el aplauso de su Maestro, pero para su sorpresa se enfrentó a un acto digno de imitar: El Maestro tomo la oreja de Malcon y lo sanó, además exhortó a Pedro mediante las siguientes palabras:
Vuelve tu espada a su lugar; porque todos los que tomen espada, a espada perecerán.
¿Acaso piensas que no puedo ahora orar a mi Padre,
y que él no me daría más de doce legiones de ángeles?
¿Pero cómo entonces se cumplirían las Escrituras,
de que es necesario que así se haga?
En aquella hora dijo Jesús a la gente:
¿Como contra un ladrón habéis salido con espadas
y con palos para prenderme?
Cada día me sentaba con vosotros enseñando en el templo,
y no me prendisteis.
Más todo esto sucede, para que se cumplan las Escrituras de los profetas.
Entonces todos los discípulos, dejándole, huyeron.
(Mateo 26: 52 – 56).
Ante los ojos de Pedro estaba sucediendo un increíble ejemplo de amor, confianza y Fe:
Tres cosas importantes:
1. Es necesario caminar con el Maestro (Jesús), escuchar sus palabras y recordarlas.
2. Si caminas con el maestro sabrás que todo lo que sea permitido en tu vida, simplemente será para que se cumpla lo que ya Dios ha escrito para ti. Entonces serás capaz de incluso sanar a tu enemigo si es necesario.
3. Al entender que era necesario atravesar por la persecución y sufrimiento, descansarás en Dios y sabrás que Él tiene un plan perfecto.
El final de la historia lo conocemos, el Maestro fue apresado, colgado en una cruz y azotado hasta su muerte, pero él sabía perfectamente que tal hallazgo era necesario para que se cumpliese lo que Dios ya había escrito (Isaías 53: 3 – 12) para que mediante su muerte y resurrección hubiese reconciliación entre Dios y los hombres.
Querido lector, se que generalmente reaccionamos como Pedro, pero si activamos nuestra fe, si caminamos con el maestro, escuchamos y recordamos siempre sus palabras, sabremos guardar nuestra espada y veremos el rescate de Dios.
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