¡ALMA MÍA¡…REPOSA
¿Alguna vez has estado estresado? ¿Te sientes estresado en este justo momento?
Vivimos en un mundo en el que es normal enfrentarnos día a día con rutinas extenuantes: largas jornadas laborales y académicas, tráfico, problemas sociales, económicos, personales, etc. El estrés se ha convertido en uno de los problemas de salud más comunes de los últimos años, generando trastornos digestivos, neurológicos, emocionales y de conducta.
“Nuestro organismo colapsa al sentirse amenazado, eso es el estrés”.
Es normal sentirnos estresados en ciertos momentos, pero depende de nosotros si le permitimos a nuestro organismo que explote o si le ordenamos y ayudamos a encontrar la calma.
Me llama la atención que hasta unos de los hombres más sabios y llenos de Dios como “El Rey David” experimentó momentos de estrés, en los que implementó algo que hoy día sigue vigente:
Alma mía, en Dios solamente reposa.
Porque de él es mi esperanza.
Él solamente es mi roca y mi salvación.
Es mi refugio, no resbalaré.
En Dios está mi salvación y mi gloria;
En Dios está mi roca fuerte, y mi refugio.
Salmos 62: 5 – 7.
David le ordenaba a su alma (pensamientos, emociones, sentimientos) que reposara en el único que pueda darnos un reposo real y que siempre le ayudó a vencer todas sus batallas.
A veces ante el estrés pretendemos “solucionar” las cosas añadiendo preocupación, invertimos horas y horas pensando en aquello que nos agobia y cómo podríamos solucionarlo, sin darnos cuenta que hay algo más sencillo y efectivo para alcanzar el reposo como lo es la oración. Si, reconocer que necesitamos ayuda divina y confiar en el refugio que nos ofrece Dios, es ahí donde nuestra alma encuentra quietud, encuentra silencio y puede oír la voz de Dios que finalmente nos direcciona hacia las soluciones.
Si hoy te sientes cansado, estresado, le has dado mil vueltas a las “soluciones” en tu cabeza, es tiempo que #Actives tu #Fe y le autorices a tu alma: “En Dios solamente reposa”, no en tus pensamientos, ni en lo que dice el vecino, el amigo, o el jefe…no en lo que te parece que es lo correcto o en lo que el sistema te ofrece, sino en Dios, Él es nuestra esperanza.
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