3 en Uno
Cuando era niña mi mamá solía preparar un jugo que se conoce en mi país como 3 en 1. Si querías crecer saludable, fuerte, mantener o aumentar tu hemoglobina, debías tomarlo. Era y es como una bebida mágica de nutrientes que actúa como la espinaca de Popeye; en este caso una mezcla de: naranja, zanahoria y remolacha, siendo esta última no grata a mi paladar.
Recuerdo en alguna oportunidad haber pasado horas sentada en la mesa hasta terminar mi vaso de 3 en Uno. Luego fui creciendo y entendiendo los beneficios de aquella bebida, de hecho, con el tiempo fue más grato el sabor de la remolacha en mi boca.
Bien, hasta ahora dirás que pierdes tu tiempo leyendo la historia sobre un jugo, pero quiero presentarte una “nueva combinación” que actuará más poderosamente que la espinaca de Popeye y que el mencionado jugo:
1. Dios Padre.
2. Dios Hijo.
3. Dios Espíritu Santo.
Cada uno con los nutrientes necesario para que nuestro cuerpo, alma y mente estén saludables y fuertes.
Del Padre todo el amor, el cuidado, el abrazo que muchas veces buscamos y esperamos en y de las personas equivocadas.
Del Hijo, esa otra manifestación de amor llamada Gracia. La oportunidad de - sin ser juzgados - acceder a nuevas oportunidades, ser perdonados, restaurados…redimidos.
Y el Espíritu Santo, ese que conecta nuestro ser interior (espíritu) con lo profundo de Dios. Ese que nos guía, nos fortalece, nos consuela, nos revela, e incluso intercede por nosotros.
¡Que combinación tan perfecta! Y llena de vitaminas celestiales. Un vaso que rebosa día a día y que, si decidimos tomarlo, estaremos consumiendo el mejor alimento.
Que la gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo sean con todos ustedes.
2 Corintios 13:14