LO QUE SE DE TI
Sé que sueñas con una cita "perfecta": flores, música, una deliciosa comida, buen sexo y chocolates. Sé que en varias oportunidades has vivido momentos que se acercan a tu sueño, pero aun así sigues intentando alcanzar el sueño perfecto.
Sé de tus momentos placenteros, algunas duraron apenas unos minutos. Desnudaste la piel, encendiste un cigarro, dejaste enfriar tu café y días más tarde te rompieron el corazón. Fue en ese preciso instante, mientras te mirabas en el espejo cuando las interrogantes sonaron en tu cabeza gritándote: ¿Valió la pena? ¿Valió la pena el placer a cambio de una herida más dentro de mí? Muchas veces te has conformado con tan poco, por el simple hecho de desconocer lo valioso de tu corazón. Quizás nunca has escuchado que de él emana la vida y quizás por no cuidarlo, has vivido despidiéndote una y otra vez del fulano amor.
Seguramente ni te habías percatado que tras cada cita "perfecta" ha habido una marca de dolor en tu vida, un recuerdo que te ha convertido en un ser que muchas veces desconoces y que jamás deseaste ser. Pero déjame decirte una cosa: aunque muchos hombres hayan pasado por tu vida creyendo tener el derecho de usarte, fuiste tú quien les dio la autorización para hacerlo. También se que lo has hecho por mera ignorancia.
Ojo, no quiero señalarte, simplemente por medio de estas líneas, intento abrir precisamente tus ojos y decirte que: a pesar de los errores, sigue existiendo el verdadero amor. No el que se disfraza de romance y se esconde debajo de las sábanas, sino aquel capaz de soportar, de creer, de ser paciente, de no buscar lo suyo, de no enojarse fácilmente y que nunca deja de ser.
El amor que humanamente rechazamos por no entender su inmensidad, pues proviene de un ser cuyo pensamiento es más alto que los nuestros. Me refiero al amor de Dios. Si, ese que te creó con un propósito, con cualidades y defectos que enamorarían a un hombre dispuesto a también aceptar su amor.
Sé que justo en este punto de esta carta tu cuerpo comienza a incomodarse y una nueva interrogante surge dentro de ti: ¿Amor, amor he intentado dar muchas veces y he salido perdiendo? ¿Dios, amor de Dios en medio de un mundo cruel?
Entiendo lo que sientes, no es fácil darlo todo sin ser valorado, se lo que se siente cuando por amor entregas hasta tu vida y aun así no hay señales de gratitud. Pero también sé que vale la pena seguir amando, porque el amor finalmente cubre multitud de errores.
Por amor, escribo estas letras, aun cuando te cueste creer en mí.
Por amor, es mi insistencia a que abras tu corazón y me permitas sanarlo.
Por amor, he creado a un hombre dispuesto a mirarte no como algo pasajero sino como un regalo eterno de mi parte, un hombre que entiende el privilegio de estar al lado de una mujer cuyo corazón fue diseñado para estar junto al suyo.
Por amor, a pesar de tus imperfecciones, a pesar de que incluso sabía los errores que cometerías, decidí tomar tu lugar. Ya no es necesario que te sigas torturando por tu pasado, ni mucho menos que se repita la historia, porque yo hace muchos años, más de dos mil, decidí obedecer el plan de mi Padre. Tomé el reto de despojarme de mi mismo, hacerme igual a ti, humillarme hasta la muerte, y muerte de cruz, para que hoy puedas reconciliarte con él, iniciar una nueva historia y tener no solo una cita perfecta, sino una cita eterna con tu creador.
Por amor, seguiré escribiendo cartas y tocando la puerta a una humanidad que a lo largo de la historia, ha decidido no dejarme entrar.
TOC, TOC.
ATENTAMENTE
Jesús.
