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TIEMPOS DE LLUVIA


Tiempos de Lluvia - Activa tu fe Blog

Los tiempos de lluvia suelen dejar inundaciones, muchos son los hogares que han sufrido grandes pérdidas materiales y humanas en medio de estos períodos.


Es durante la lluvia cuando queda en evidencia la calidad estructural de nuestras casas: ¿Qué tan fuertes son las columnas? ¿Qué tan firmes y estables están fijados los techos? ¿Qué tan eficaz son los drenajes?


Aunque han sido muchas las pérdidas en el mundo a causa de las lluvias, hay dos principios inevitables en esta situación:


- El primero, es que la lluvia es un proceso natural que no puede ser detenido por el hombre, es inevitable y debe suceder.


- El segundo, es que si una estructura no está bien fundamentada inevitablemente caerá.


Lo anterior nos lleva a reflexionar un poco, dar más importancia a la estructura y entender que a la hora de construir es vital comenzar con buenos fundamentos.


Generalmente se está tan enfocado en la obra final y en el presupuesto que se saltan procesos y detalles que tarde o temprano pasarán factura. Preferimos inclinarnos por “ahorrar dinero” escogiendo incluso a las personas no adecuadas por el simple hecho de que cobrarán menos. O peor aún, caemos en el popular dicho: “Eso lo hago yo mismo”.


Queridos lectores, entendamos que para cada labor siempre están los expertos que obviamente son dignos de una remuneración por sus conocimientos. Existen arquitectos e ingenieros que dedicaron buen tiempo para estudiar y entender todo el proceso de construcción. En fin, a la hora de construir no escatimes invertir en alguien que te garantizará una buena estructura.


Trasladando lo anterior al ámbito espiritual, se cumplen los dos mismos principios en cuanto a lluvia y construcción: La lluvia es inevitable y necesaria. La estructura es fundamental. ¿Dónde estás construyendo tu fe? ¿Cómo se ha comportado tu casa ante la lluvia?


Dios nos alerta en su palabra sobre estos principios:


Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca. Descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca. Pero cualquiera que me oye estas palabras y no las hace, le compararé a un hombre insensato, que edificó su casa sobre la arena; y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y dieron con ímpetu contra aquella casa; y cayó, y fue grande su ruina. Mateo 7: 24 – 27.


Jesús dijo algo importante al inicio de este pasaje: cualquiera que oye estas palabras, y las hace, será como un hombre prudente que edificó sobre la roca. ¿Cuáles palabras? Anterior a esto, Jesús hablaba y decía que no basta con decirle Señor sino que es indispensable hacer su voluntad (V. 21 – 23).


Para construir diligentemente en nuestra vida debemos hacer la voluntad de Dios: amarle con todo nuestro corazón y mente (Mateo 22:37) y esto nos llevará a cumplir sus mandamientos, ser dirigidos por su Espíritu, construir una vida de fe genuina que refleje a Jesús en ella aun cuando nos toque atravesar por la lluvia. Sufrirás fuertes vientos, golpearán contra ti, pero no caerás.


#ACTIVATUFE Vale la pena invertir tiempo en el experto, en el arquitecto de este mundo, y así poder soportar los tiempos de lluvia. Deja que sea él quien guíe y construya una fe sólida en tu vida.


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