ESCLAVITUD DEL SIGLO XXI
¿En pleno siglo XXI sigue habiendo esclavitud? ¿Dónde? ¿Por qué? ¿Qué podemos hacer al respecto?.
Si quieres saberlo, estas líneas son para ti.
Aunque la ESCLAVITUD como forma de trabajo se ha abolido en la gran mayoría de los países del planeta, aun hay aproximadamente 27 millones de personas viviendo en situación de esclavitud en la tierra.
Esta cantidad de personas oprimidas muchas veces es uno de los tantos motivos por los cuales la humanidad juzga a Dios: si Dios existe...
¿Por qué permite que niños en Sierra Leona, por ejemplo, sean esclavizados y sometidos a conflictos armados? o ¿Por qué en la India existe el sistema de Casta, donde grupos como los "dalits" son denigrados y considerados indignos?. La respuesta es sencilla: estas naciones antes de ser esclavas del hombre fueron esclavas de la incredulidad en el Dios creador. Son esclavas de mitologías, idolatría y hasta brujería, quedando fuera de la cobertura de Dios, simplemente viven la consecuencia de haber rechazado a Dios.
La ESCLAVITUD se refiere a la persona que está sometido de manera absoluta a la voluntad y el dominio de otra persona, cuando nuestra vida no está sometida al dominio de Dios, nos convertimos en esclavos. Son muchas las cosas que sin vivir en África o en la India igualmente nos esclavizan, porque le hemos cedido de manera absoluta un dominio en nuestra vida, por ejemplo: el alcohol, la droga, el sexo, la pornografía, el dinero, algún rencor, la fama, el orgullo, la envidia, la depresión, etc. Muchas personas son esclavas sin darse cuenta, es decir, que hay mucho más de 27 millones de esclavos en el planeta, absolutamente todo radican de un mismo punto: alejarse de el único DIOS que puede dar libertad.
Quizás leyendo estas líneas te has percatado que efectivamente eres esclavo de algo que no te permite vivir en plenitud, pero déjame decirte que Dios desea que seas libres y te ofrece ayuda a través de su hijo Jesús, quien por cierto, en alguna oportunidad estando frente a los religiosos de la época leía el libro del profeta Isaías en el que se anunciaba su visita en la tierra para traer precisamente libertad al cautivo, en aquel momento a su alrededor solo hubo molestia, burla y rechazo porque les parecía imposible que un hombre pudiera dar libertad. El final de la historia lo conocemos, una cruz que Jesús no merecía y una verdad que no pudieron borrar:
El Espíritu del Señor está sobre mí, Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; A pregonar libertad a los cautivos, Y vista a los ciegos; A poner en libertad a los oprimidos; A predicar el año agradable del Señor. Lucas 4: 17.
Curiosamente hoy sigue resonando esta misma verdad y muchos continúan espantados, y si pudieran llevarían a Jesús nuevamente a la cruz.
Son muchas las cosas que nos oprimen y hacen esclavo, el pecado nos esclaviza, es tiempo de que aceptes la libertad que te ofrece Jesús, el quiere que le cedas espacio en tu vida y le permitas tener el dominio absoluto de ella. En este punto seguro dirás: ¿me estás ofreciendo libertad para volver a estar bajo un dominio o esclavitud?, efectivamente Dios es paradójico, el desea que seamos libres para servirle y estar bajo su dominio:
¿No sabéis que si os sometéis a alguien como esclavos para obedecerle, sois esclavos de aquel a quien obedecéis, sea del pecado para muerte, o sea de la obediencia para justicia? Pero gracias a Dios, que aunque erais esclavos del pecado, habéis obedecido de corazón a aquella forma de doctrina a la cual fuisteis entregados; y libertados del pecado, vinisteis a ser siervos de la justicia. Romanos 6: 16 -18.
Dios nos da la libertad de servirle o rechazarle, pero tomemos en cuenta que ambas decisiones traerán consecuencias eternas: muerte (espiritualmente hablando) o justicia (Eternidad).
Dios nos creó para ser libres en él porque sabe que el pecado finalmente nos destruye, alguien que es esclavo del odio, de los vicios, de algún juego de azar, del sexo, de la delincuencia, la pornografía, la depresión, la falta de fe etc., acaba por destruir su vida, socialmente incluso este tipo de esclavitud no es aceptada, por eso Dios nos advierte y nos llama a la libertad, pudiendo él restaurarnos y ayudarnos a vivir en rectitud.
Porque vosotros, hermanos, a libertad fuisteis llamados; solamente que no uséis la libertad como ocasión para la carne, sino servíos por amor los unos a los otros. Gálatas 5 : 13.
Algunos de ustedes dicen: «Yo soy libre de hacer lo que quiera.» ¡Claro que sí! Pero no todo lo que uno quiere, conviene; ni todo fortalece la vida cristiana. 1 Corintios 10: 23.
DIOS NOS DIO LA LIBERTAD DE ELEGIR, A QUIEN SERVIREMOS, SI AL PECADO O A UN DIOS QUE NOS DA LA LIBERTAD PARA VIVIR EN INTEGRIDAD.
No se trata de legalismos ni de religiosidades, la verdadera libertad en Jesús te transforma, te hace una nueva criatura capaz de vivir en justicia, en verdad, en rectitud, gozo y en paz, gracias al Espíritu Santo. Quien verdaderamente es libre no es cautivo ni siquiera de la Ley, al contrario, la palabra de Dios se convierte en deleite, en un medio que nos enseña, nos confronta, nos corrige, y nos instruye, porque finalmente Dios la escribe en nuestro corazón. ( Hebreos 8:10).
¿DECIDE HOY QUE CLASE DE ESCLAVO SERÁS?
#ACTIVATUFE Y SE LIBRE