PONLE SAZÓN A TU VIDA
¿Alguna vez has querido acercarte a Dios pero algunos de sus "representastes" han generado en ti un sin sabor? ¿Sientes que aunque te consideras un hijo de Dios falta sabor en tu vida?
Si te identificas con algunas de las interrogantes anteriores, estas líneas son para ti.
No es extraño que cuando hablamos de Dios las personas esperan ver a Dios reflejado en nuestras acciones, sin embargo, generalmente esto es algo que no sucede tan comúnmente, aun cuando Dios nos manda a poner sabor en la tierra:
Ustedes son la sal de la tierra.
Pero ¿para qué sirve la sal si ha perdido su sabor?
¿Pueden lograr que vuelva a ser salada?
La descartarán y la pisotearán como algo que no tiene ningún valor.
Mateo 5:13 NTV.
Es triste, pero hay que reconocer, que en la actualidad es mucha la sal desvanecida y si quizás no te parece importante, hagamos una pausa en las facultades de la sal:
- Es un condimento: un condimento añade sabor y aroma a los alimentos , llenándolos de propósito "Ser degustados en el paladar" . No es lo mismo comerse un bistec de carne sin sal a comerse un bistec de carne bien sazonado. De igual manera no es lo mismo un hijo de Dios que camine bajo su propósito, pudiendo Dios y las personas degustar su gloria a través de un buen testimonio, a un hijo de Dios que se encuentre sin sabor y sin propósito.
- Es un conservante: la sal es utilizada para conservar alimentos, darles mayor duración. Por ejemplo: es muy usual para conservar la carne de pescado. De igual manera un hijo de Dios debe conservar el llamado de Dios, darle durabilidad para que éste no se pudra.
- En la antigüedad se utilizaba para aumentar el calor en los hornos de fuego: un hijo de Dios que toma en serio su rol de "sal en la tierra", aumenta el fuego del Espíritu Santo, está lleno de la unción de Dios y enciende a quienes le rodean.
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